La importancia de la lectura en un estado soberano


La lectura siempre ha causado temor en las élites gobernantes, porque un pueblo que se prepara cultivando un genuino amor por las letras, es un pueblo que difícilmente será engañado por la propaganda, el populismo y la verborrea 

Un individuo puede ser libre si lee, aún estando cautivo dentro de la misma prisión de Alcatraz, porque cuando lees, tienes la capacidad de “vivir” la vida de los protagonistas, pues como lo manifestó el célebre escritor Julio Cortázar: “La lectura es la inmortalidad hacia atrás.” 

La soberanía es la libertad plena para elegir que posee un individuo en la sociedad y afortunadamente en esta época de tantas leyes, impuestos y restricciones -a veces arbitrarias- todavía se puede leer con absoluta libertad. 

En la época de la II Guerra Mundial los nazis comprendieron el poder que maneja una sociedad lectora y eso propició a que se incineran miles de libros de autores judíos del Instituto de Berlín en 1933. 

“LEER ES EL ÚNICO ACTO SOBERANO QUE NOS QUEDA” 

dijo el escritor español Antonio Muñoz hace 30 años, porque los gobernantes del mundo elegirán como rigen las leyes, pero afortunadamente no controlan lo que se lee, ejerciendo de esta manera la libertad de cuándo leer, qué género leer y a quién leer. Sin embargo, hay que reconocer que lamentablemente existen países retrogradas como Eritrea, Corea del Norte, Arabia Saudita, China, Cuba, Irán y Etiopía en donde no se queman libros, pero sus gobiernos utilizan otras artimañas “modernas” como restringir considerablemente la libertad de prensa y coartar el acceso a internet.

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